lunes, 7 de marzo de 2011

Veintinueve.

Al llegar al estudio, nos metieron rápidamente en maquillaje. Allí nos encontramos con la presentadora, que nos saludó muy amablemente. A mí me dijo que estaba encantada de haberme conocido y que había oído hablar maravillas de lo bien que actuaba sin tener apenas experiencia. Yo la miraba sorprendida, ya que no entendía de donde sabía ella esas cosas. Charlie, el director de la película, era primo de ella, así que por eso lo sabía.

Faltaban sólo dos minutos para entrar al plató y los nervios se apoderaron de mi estomago. Me recordó a la misma situación que viví hace unos días antes de entrar en la entrevista de televisión. Respiré hondo varias veces logré tranquilizarme un poco. Un realizador del programa, nos avisó a Daniel y a mí para que estuviesemos preparados, que en pocos segundos entrábamos. Miré a mi novio y éste me sonrió. Me apretó la mano en un gesto para que me tranquilizara.
-¿A quién no le gustaría que su sueño se hiciera realidad? ¿Cuántos han soñado con triunfar en la música? Habrá muchas personas que al ver "Un sueño hecho realidad", se identifiquen con los personajes de esta película. Hoy están con nosotros Daniel Smith y Mary Sanz, los protagonistas de esta película.
El público empezó a aplaudir y, Daniel y yo entramos en plató. Saludamos de nuevo a la presentadora y nos sentamos en unos sillones que había allí.
Empezó a preguntar a Daniel y, después de varias preguntas a él, me preguntó:
-Eres española, Mary, ¿Te a resultado dificil poder relacionarte con tus compañeros ingleses?
-No, no me ha resultado dificil para nada. Se inglés desde los cinco años. Además he tenido la ayuda de todos mis compañeros de reparto.
-No tienes que decir nada malo de ellos, ¿no?
No, para nada. Todos son unas excelentes personas.
-Daniel, ¿le has gastado alguna broma?
-¡Claro que no! No quiero que pensara mal de mí con tan sólo conocerme.
Eso provovó las risas del público y de la presentadora.
-¿Qué tal ha sido trabajar con Daniel Smith?
-Es una persona estupenda, no tengo nada malo que decir de él. Me ha ayudado mucho para que todo saliera con el director quería.
-Daniel, y a ti, ¿Qué te ha parecido trabajar con una actriz que empieza en este mundo?
-Mary es muy buena actriz. Yo tampoco tengo quejas de ella. Lo hace muy bien.
-Por como hablaís el uno del otro, se podría interpretar que hay algo entre vosotros.
Miré a Daniel. Seguro que ahora sería el momento en que revelaría lo que ocurría entre nosotros.
Daniel me miró con una sonrisa y yo hice lo mismo.
-La verdad es que sí, Taylor. Mary y yo tenemos una relación desde hace unos cinco meses. No hemos dicho nada antes porque ha habido gente que ha dicho que Mary está conmigo para conseguir fama, algo que es incierto.
-Me parece muy bien lo que has dicho. La envidia es algo bastante malo.
Después de esto, Taylor, la presentadora, empezó a preguntar sobre la película y sobre nuevos proyectos que teníamos los dos. Daniel contestó que estaba estudiando dos guiones y yo por mi parte contesté, que de momento seguiría con mis estudios.
Tras un par de preguntas más, Taylor dio por terminada la entrevista. Daniel y yo nos levantamos de los sillones, nos despedimos de Taylor y nos fuimos de plató con el público aplaudiendo.
-Daniel, no sé como has podido hacer esto- dijo Alex mientras nos entregaba los abrigos.
-Ya era hora de callar algunas bocas- contestó poniendose su abrigo.
Yo lo miraba sorprendida, pues aún no me creía lo que había hecho hacía unos minutos. Ya lo esperaba, pero no tan pronto. En fin, ahora tocaba lidiar con periodistas y fotográfos.
Salimos del estudio y nos montamos en el coche. En la calle hacía bastante frio, así que me ajusté la bufanda antes de entrar en el coche.
Alex nos llevó al hotel y una vez allí, fuimos a cenar. Al entrar en el restaurante del hotel, la gente nos miraba aún más que antes. Daniel me cogió de la mano y oí cuchichear a varias personas. Él me miró sonriendo y yo hice lo mismo, pero creo que me salió una mueca. Nos sentamos en una mesa y un camarero se nos acercó. Mi novio pidió la cena y a los pocos minutos, llegó el camarero con nuestra cena.
No levanté la mirada del plato mientras cenaba. Ni Daniel habló. Algo extraño.
Algo me decía que estaba preparando alguna cosa, pero no podía imaginar el qué podía ser.

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