lunes, 9 de mayo de 2011

Cincuenta y cuatro.

El primer día de clase fue una completa locura. No empecé a dar clases hasta el día siguiente, pero en cuanto crucé las puertas de la primera clase, todos mis alumnos me miraron muy sorprendidos. No sabía si era porque era muy joven para ser tutora (ese año era tutora de la clase de tercero de secundaría) o porque tenían una profesora con un novio famoso. Yo me dediqué a explicar como iba a transcurrir el año hasta que un alunmo me preguntó:
-Profesora, ¿es verdad que usted hizo una película con Daniel Smith?
Sonreí. No me iba a enfadar por aquello.
Ahora no.
-Si, pero de eso hace unos siete años.
-¡Que suerte!. A mí me encanta ese actor- exclamó otra alumna.
-¿Fue emocionante conocerlo, profesora?- preguntó una alumna emocionada.
-Si, por esos entonces sentía lo mismo que muchas de vosotras sentís por él. Cuando mi tío me lo presentó, no me lo creía. Siempre había soñado con conocerlo.
Me di cuenta que otras alumnas, tenían la mano levantada.
-Dime, Clara.
-Profesora, ¿nos podía conseguir un autografo suyo?
-¡Claro!, si sois unos buenos estudiantes...
Todos reímos.
No podía negarme a nada que tuviera que ver con Daniel. Cuando viniese, podía pedirle varios autografos para mis alumnos. Lo más seguro era que no se negara. Nunca hacía eso cuando yo le pedía algo. Era un chico muy bueno.

A finales de octubre recibí la noticia que Daniel iba a venir. Yo estaba bastante atareada con las clases y los preparativos de la boda. Ya tenía la iglesia y la fecha confirmada, aunque esta última podía variar por la agenda profesional de Daniel.
Mi novio vino un jueves, por lo que el viernes se me ocurrió una idea que a mis alumnos les iban a encantar. En la última hora de clases, les daría una sorpresa: conocerían a Daniel.
El viernes llegué a clase con una amplia sonrisa. Mis alumnos me miraban incredulos. No les dije nada sobre la sorpresa hasta la última hora de clases. Cuando entré en el aula, a última hora, dije:
-Chicos, hoy os tengo una buena noticia. Durante lo que llevamos de curso, os habeís portado bien y estaís sacando muy buenas notas. Así que os mereceís un pequeño premio. Os he traído una sorpresa.
Todos se miraron sorprendidos. No dije nada más y me dirigí hacía la puerta de la clase. La abrí e hice un gesto para que alguien entrase. Cuando Daniel entró en el aula, mis alumnos no daban crédito a lo que veían.
-Hola- salufó Daniel en un perfecto español.
Se escuchó un timído "Hola" de parte de mis alumnos. No se podían creer que un actor famoso estuviese allí.
-A ver, ¿quién quiere preguntarle algo a Daniel?- les pregunté a todos.
Algunas chicas levantaron la mano , unas estaban sonrojadas y otras, con una amplia sonrisa. Yo sabía a la perfección como se sentían, pues yo me había sentido así la primera vez que lo vi en persona.
Después de que algunos se animaran a preguntar, lo hicieron casi todos los alumnos. Daniel se mostró muy simpático con todos, contestandoles a sus preguntas y firmandoles autografos. Hice varias fotos, que seguro que a mis alumnas les gustaría.
Aquella fue la mejor clase de lo que llevabamos de curso. Cuando Daniel se marchó, todos se despidieron de él como si fuera otro chico más, como si fuera un amigo. Luego, me dieron las gracias. Un alumno me dijo que les habían encantado la sorpresa. Contesté que sólo era un premio por su buen comportamiento.
Al salir de clase, me dirigí hacía mi casa. Allí me esperaban mis padres, mi hermano y mi novio. Teníamos que preparar algunas cosas sobre la boda y tenía que ser con Daniel.
Yo seguía feliz, pues la reacción de mis alumnos, fue tal y como me la esperaba.

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