lunes, 7 de febrero de 2011

Veintidós.

No pude reprimir las lágrimas cuando me subí en el avión. Iba a echar mucho de menos aquel país.

Durante el viaje, me quedé dormida y creo que Ana, también. Así por lo menos, descansábamos un poco antes de llegar a España.
Una amable azafata nos despertó cuando llegamos al aeropuerto de Sevilla. Parpadeé varias veces para que mis ojos se volvieran a acostumbrar a la luz. A mi lado, oí a Ana bostezar. La miré y vi como tenía aún los ojos hinchados de dormir.
-¿Qué hora es?- preguntó.
-Pues la tres de la tarde- contesté viendo como una azafata indicaba que podíamos salir del avión.
Ana y yo bajamos de este, y nos dirigimos hacía el lugar donde se recogían las maletas. Una vez que tuvimos las nuestras, nos dirigimos hacía la salida para que mis padres nos recogieran. Ya tenía ganas de verlos. Mientras Ana y yo íbamos al encuentro con mis padres, no podía dejar de pensar en Daniel. Espera verlo pronto.
Cuando los vi, por unos instantes, me olvidé de mi novio. Me abracé a ellos fuertemente. Luego besé a mi madre y después, a mi padre. Mamá abrazó y besó a Ana, ya que la quería como si fuera hija suya. Papá también le dio un beso a mi amiga. Nos dirigimos al coche de mis padres y papá subió nuestro equipaje, mientras Ana, mamá y yo entrabamos dentro del coche.
-Estoy deseando ver a mis padres y a mi hermana Lidia- dijo Ana en el momento en que papá se montaba en el coche.
-Ya falta menos- contestó mamá. Como vio que llevaba un rato callada, me preguntó:- ¿Te pasa algo, hija?
-¿Eh?... No mamá, no me pasa nada. Sólo que... extraño a los tíos y a mi prima.
-Si, y a otra persona, diría yo- susurró Ana.
-¿Decías algo, Ana?- preguntó mamá.
-No, claro que no. Que me lo he pasado muy bien en Londres. Es una cidudad preciosa y llena de gente interesantísima- contestó mi amiga haciendo ademanes con las manos.
Tuve que reírme ante la cara que ponía mientras hablaba, porque sabía a la perfección de quien lo hacía.
Durante el trayecto, apenas hablamos. Mis padres hicieron alguna pregunta sobre cómo era rodar una película, si era duro, etc... pero el resto del camino estuvimos callados. El único sonido que se escuchaba dentro del coche era el de la radio.

Cuando llegamos a mi pueblo, fuimos a llevar a mi amiga a su casa. En la puerta la esperaba su madres. Se abrazaron y entraron en casa. Mi padre se dirigió hacía la nuestras. Una vez allí, me dirigí inmediantamente a la ducha mientras mi madre hacía la cena. Mi gato no paró de pasearse por mi habitación el rato que estuve allí.
Al terminar de ducharme, fui a cenar. Mi madre ya había puesto la cena en la mesa y, tanto ella como papá, me estaban esperando. Me senté y empezamos a cenar. Estaba todo riquisímo.
-Mamá, me encanta todo. Está delicioso- dije.
-Muchas gracias, hija.
-¿Qué pasa, que tu tía no te daba de comer allí?- preguntó papá sonriendo.
-Si, pero la comida inglesa es diferente de la de aquí. Además, que la comida de mamá esta deliciosa- dije y mis padres se rieron.
Como estaba cansada, decidí irme pronto a dormir. Una vez metida en la cama mi mente voló hacia la imagen de Daniel. Hacía menos de veinticuatro horas que no lo veía, pero ya lo echaba de menos. Mucho, diría yo.
Como si me hubiese leido el pensamiento, Ana me envió un mensaje de texto a mi movil:
"Hola, seguro que estas pensando en Daniel, ¿a qué si? Lo más probable es que él esté haciendo lo mismo. No te preocupes que ya mismo lo ves. Que descanses, amiga. Besos"
Sonreí.
Ana me conocía lo sufientemente bien como para saber lo que estaba pensando. Le contesté:
"Pues si, eso estaba haciendo eso. Que bien me conoces, amiga. Es que ya lo estoy echando mucho de menos. Hasta mañana. Que descanses. Besos"
Lo envié y salí de la cama para coger mi ordenador portátil. Lo encendí y vi que tenía un correo de Daniel. Lo abría para leerlo:
"Hola Mary, ¿Cómo estás? Yo bien, pero echándote de menos. Parece que haya pasado días. Me he pasado toda la tarde mirando las fotos que nos hicimos, también viendo el video que grabó Marylin durante el rodaje.
Te echo de menos...
Si, otra vez te lo repito, pero es la verdad. Te necesito cerca. No sé como voy a estar todo este tiempo sin ti. Espero que la espera se haga corta y no muy larga como sé que se va hacer. Sé que tú también me estas echando de menos, pero verás como pronto nos vemos.
Espero que empieces muy bien el curso y que estudies mucho para que saques buenas notas.
Bueno, no quiero parecer un padre ni mucho menos con eso que te acabo de decir. Así que, para no agobiarte mucho, voy a ir despidiéndome por hoy. No olvides que te quiero mucho.
Besos, Daniel."
Mientras leía el correo, se me escaparon algunas lágrimas y también alguna sonrisa. Daniel era capaz de hacerme reír y llorar con tan solo dos palabras. Eso mismo me pasó cuando le contesté al correo, sonrisas y lágimas a la vez.
Una vez que envié el correo, apagué el ordenador y me metí en la cama, pensando en lo que me decía Daniel en el mensaje.
Llevaba razóm, la espera para verlo de nuevo se iba a ser eterna.

1 comentario:

  1. Hola!:) Bueno decir que me encanta este blog^^ Y que espero que escribas prontito:) Bueno y segundo decir que creo que ademas de este blog hay otro que me encanta que se llama: Y llegaste tú. Y bueno decir a la autora de los dos blogs que me encantan los dos:) Y que espero que siga escribiendo en el de Y llegaste tú, porque hace mucho tiempo que no escribe y quiero ver como sigue la historia despues de la boda de Alicia, que por cierto me ha encantado casi se me saltan las lágrimas. Bueno, eso por favor escribe pronto, en los dos blogs!:)
    Un besito, y una abrazo fuerte de una gran fan:)

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